Compartimos la publicación Shakespeare Subversivo: Relatos de Escritores del Pabellón 4, Antología realizada por Alberto Sarlo.

Se trata de la antología realizada por Alberto Sarlo con relatos escritos por los internos de la cárcel de Florencio Varela, de la Provincia de Buenos Aires, inspirados en distintas obras de William Shakespeare, que los internos leyeron durante el taller dictado por el Dr. Sarlo en el pabellón de población 4 de la Unidad de Máxima Seguridad N 23.Fotos del Taller dictado por el Dr. Sarlo con los internos del pabellón 4 de la Unidad de Máxima Seguridad N 23 del Servicio Penitenciario de la Provincia de Buenos Aires

 

Compartimos el Prólogo de Alberto Sarlo 

Un Shakespeare emancipador

“Los que dicen que las letras son incomprensibles, son los que, precisamente, no quieren que nadie las comprenda”  Indio Solari

Para que este libro haya podido llegar a tus manos la comunidad del pabellón 4 efectuó un duro trabajo en equipo, en donde fue fundamental la tarea de los artistas y coordinadores Francisco Bus Soto, Jorge Rivas, Nicolás Almeida y Marcos Utchurburu. Ellos fueron los correctores y los asesores de los autores que están por leer. También ha sido trascendental el arte gráfico de los dibujantes Pablo Montiel, Braian Brady, Santiago Fernández, César Bordón, Walter Normandín y Juan Manuel Pantano en la confección de los exquisitos dibujos que preceden cada relato. El aporte del alumno y profe Gabriel Sánchez en el taller de alfabetización del pabellón también es algo que quiero plasmar en este prólogo.

Los Cuenteros, verseros y poetas extramuros seguimos siendo Carlos Mena, Brian Calla y yo. Y las sucursales de la editorial en la Unidad 9 de La Plata y la Unidad 42 de Florencio Varela siguen estando a cargo de los ex alumnos, y hoy profesores, Guillermo Quiroga y Fabián Miculán respectivamente, quienes no sólo siguen enseñando literatura y filosofía estando presos, sino que ya han publicado infinidad de cuentos en nuestra página web. También quiero compartir con ustedes que nuestros amigos Roberto Alfredo Conti y Magalí Alescio, siguen trabajando en un proyecto similar en la Unidad 40 de Lomas de Zamora, llamado A PIE. Síganlos en la red porque es maravilloso lo que hacen junto a Carlos Mena cultivando literatura de la buena en pabellones resilientes.

La literatura, como constructo social, no está al margen de las disputas de poder del lenguaje, porque el lenguaje es ejercicio de poder y al mismo tiempo, es campo de batalla del propio poder. Podemos decir lo mismo de la literatura y, por supuesto, de la filosofía. Filosofía entendida como cuestionamiento a las certezas instituidas, filosofía como dispositivo para interpelar las respuestas hegemónicas. Los cuenteros, verseros y poetas somos políticamente incorrectos porque nos peleamos con el sentido común. Nos peleamos con la sociedad, tu sociedad.

En ese marco es que nos propusimos experimentar con la obra shakesperiana. Los cincuenta y seis compañeros leyeron más de veinte obras teatrales que fueron reinventadas, apaleadas y adaptadas. Leímos, discutimos, corregimos y finalmente seleccionamos. A partir de ese esfuerzo es que ustedes pueden acceder a las mejores dieciséis obras deconstruidas creativamente por nuestros escritores. Así nació “Shakespeare subversivo”.

No me detendré a exponer ni las virtudes descriptivas, ni lo intempestivo de su relato, ni las pasiones descarnadas que genialmente William Shakespeare desemboza en su prosa. Para eso están los dieciséis artistas que están a punto de leer. Lo que si haré es interpelar al ícono construido alrededor de su nombre, porque Shakespeare ha dejado de ser el enorme dramaturgo que admiramos, para transformarse en un símbolo. Un símbolo cooptado por el elitismo literario que coloca al bardo inglés en la cúspide del canon literario occidental y, dentro de ese canon, está etiquetado como referente de una dramaturgia compleja e inaccesible. Esa etiqueta es falsa y la construcción de esa falsedad es una de las facetas del racismo en el que convivimos.

Shakespeare (o quién haya usurpado ese nombre para escribir las obras que podemos disfrutar hoy en día), creaba obras populares destinadas a un público de analfabetos, borrachos, prostitutas, bandidos y jugadores. Sus obras, cargadas con mucho humor negro, escatología, insultos y doble sentido, duraban un promedio de tres horas, tiempo en que el público se dormía, embriagaba, fornicaba, peleaba y defecaba participando de la vivencia popular del teatro. Shakespeare era un emblema de la lucha emancipatoria por medio del arte, era un artesano del lenguaje. Políticamente era un “creador” de pueblo. Es incomprensible que cuatrocientos años después el Gran Hermano Literario radicado en las universidades europeas y norteamericanas, haya dispuesto que sólo las castas de nobleza intelectual pueden participar de la maravillosa experiencia de su lectura. William Shakespeare fundó una poética fabulosa y revolucionaria, una dramaturgia negra, cabeza y peroncha (chupate esa mandarina).

Por eso elegí el título “Shakespeare subversivo”. Subversión es una palabra que proviene del latín “subversio”. Es una palabra que refiere a la acción de trastocar, de revolucionar, de conmocionar. Pero también tiene una segunda acepción, mucho más interesante y menos conocida. Sub – versión, como versión oculta. Versión silenciosa. Versión tapada o cercenada. Elegí el título “Shakespeare subversivo”, por ambas acepciones: la combativa de subvertir el orden político, social y educativo; y la emancipatoria, al darle voz a los sin voz. Mi ética quilombera se ve reflejada en la primera de las acepciones, mi militancia política en la segunda.

Soy un apasionado lector de Shakespeare. Editar un libro experimentando con su teatro es un acto de acción política, es dar una batalla. Dar una batalla en el terreno en el cual desde hace años combato: la batalla por la reivindicación del pensamiento. El sentido común es un enemigo ignorante y poderoso que instala imaginarios colectivos. El sentido común posee muchos portavoces, uno de los más conocidos es la institución escolar, institución que expele, repele y expulsa a los “otros”, a los negros, a los chorros.

Escuela, en griego “scholé”, significa “tiempo de ocio”. La palabra escuela refiere a espacio vacacional, a un ámbito que debería representar una llamada a la reflexión, al pensamiento, a la realización personal. Esa es mi concepción educativa, esa es mi forma de educar, esa es mi lucha política que me llevó a fundar Cuenteros, verseros y poetas, escuela a la que le dedicó más de cuatro horas todos los días miércoles desde el 5 de mayo del año 2010. Es una escuela con vocación social y política, porque mis convicciones me llevan a militar la reivindicación del derecho a la educación gratuita que posee todo ser humano.

Mi situación de privilegio me obliga a pensarme como portador pasivo o activo de un dispositivo difusor de desigualdad y violencia. Si tengo deseos de que este puto mundo cambie algo, me siento obligado a entrar en acción bajo esa bandera, la de la pedagogía emancipatoria. La equidad no la vamos a conseguir en mesas de café o en asados tomando fernet. Si queremos equidad tenemos que bajar al barro y pelear desde el territorio. Territorio arrasado por el consumismo, territorio usurpado por el individualismo, territorio despojado de privilegios. Ahí tengo que estar. El territorio que elegí es uno de los tantos centros de tortura que creó occidente. Es el mejor lugar del mundo para enseñar Shakespeare. Eso pienso. Eso hago.

En el pabellón 4 tenemos talleres de alfabetización, de literatura, de filosofía, de boxeo, de dibujo, de música. En todos esos talleres se generan espacios creativos con resultados maravillosos. En ninguno de nuestros talleres tomamos examen. El examen es una rémora medieval que pervive por la fuerza arrasadora del conservadurismo del sentido común. La escuela que yo conozco, que yo viví, es una escuela que reproduce las pautas represivas y opresivas que reglamentan la sociedad de privilegios que condenan al negro, al chorro, al otro, a los márgenes de esa sociedad. Estar en los márgenes de la sociedad es ausentarse del reparto de derechos, es ausentarse de la entrega del carnet de ciudadano. El marginal no es ciudadano, el marginal no posee derechos y por ende sobra. El marginal debe ser aniquilado y se lo está aniquilando por goteo. En nuestras cárceles se los tortura todos los días, no como excepción, sino como metodología disciplinadora. Se tortura no sólo con picana, submarino seco, motoneta, buzones y torniquete, sino que se tortura cuando sólo comen un plato al día, cuando no pueden tomar agua pota- ble, cuando los trasladan a cientos de quilómetros de sus familias, o cuando abusan de sus familiares en las visitas. Si la presa es mujer la ignominia es peor, porque la mujer está todavía en un estadio inferior al del preso ¿Acaso no lo sabías todo esto? Acercate a una cárcel y conocé la realidad.

El sentido común esconde esa realidad, porque de salir a la luz, se expondría el carácter racista y pérfido de nuestra sociedad. Pero el sentido común no sólo niega la tortura, sino que la promueve al fomentar el hacinamiento con legislaciones de “mano dura”. La certeza de que somos racistas y violentos es fácilmente demostrable: Según la Procuración Penitenciaria de la Nación y la Comisión Provincial por la Memoria, el Sistema Penitenciario Bonaerense tiene capacidad máxima para 26.000 personas, pero al día de hoy tenemos casi cincuenta mil presos. El noventa por ciento de esos presos fueron detenidos “in flagrancia”, detención policial inmediata en el preciso acto delictual (delito que en más del noventa por ciento de los casos es contra la propiedad, no contra las personas). Detenido el delincuente se redacta el expediente de detención en el lugar de los hechos y con posterioridad se presenta toda la prueba efectuada por la policía bonaerense, al fiscal y al juez, quienes realizan un juicio sumarísimo. Esto demuestra a las claras que tenemos la mejor policía del mundo o el peor Poder Judicial del planeta. Como si todo esto fuera poco, cer- ca del sesenta por ciento de los presos son inocentes de acuerdo a la Constitución Nacional, ya que son procesados, no condenados. Para el negro, para el pobre, no existe Constitución Nacional, sólo existe la prisión preventiva, prisión que dura años y que muchas veces finaliza con una sentencia absolutoria. Otra farsa del sentido común es la famosa puerta giratoria, puerta inexistente ya que según el World Prison Population List, el promedio mundial de prisionalización es de 144 presos cada 100 mil habitantes, pero en la Provincia de Buenos Aires el promedio asciende a más de 245 presos cada 100 mil habi- tantes. Somos una jurisdicción con un promedio de presos muy por encima de la media mundial, es por eso que el discurso ignorante y reduccionista de la “puerta giratoria” es otra de las facetas de la “pos- verdad” de nuestro sentido común. Y lo peor de todo: en la Provincia de Buenos Aires mueren más de tres presos por semana. Somos una sociedad que practica la pena de muerte, mal que le pese a nuestros amigos jueces, cómplices de esta realidad. Nosotros perdimos diez compañeros por acción u omisión del estado. En cada libro que edita- mos los recordamos y esta vez no será la excepción. Nuestros muertos son Amalio Florencio Biasoli, Rubén Arroyo, Matías Castro, Santiago Funes, Jonatan Insaurralde, Miguel Nuñez, “Sapito” Romero, Gabriel “Toto” Rodriguez, Demián Galván y Javier Gentile. Ellos están siem- pre conmigo y su recuerdo siempre alienta mi vocación militante. Militancia en la derrota, pero militancia combativa. Soy consciente de la derrota porque nunca la victoria fue condición de mi lucha. Ser pesimista de la razón para ser optimista de la voluntad es un ejer- cicio vocacional. Gramsci galvanizó la frase pero también podemos encontrarla en varios referentes del pensamiento como Spinoza quien abandonado y solitario seguía afirmando que lo hacía sin temor ni esperanza., idea similar a la lacaniana “aguardo, pero no espero nada”. Valoro y respeto a quienes pelean con esperanzas en el porvenir. Yo no tengo esperanza, tengo convicción. Creo que la esperanza prepara el camino para la decepción y el escepticismo. Seguramente esté equivocado, pero permítanme que siga caminando por mi sendero.

Mientras la muerte dicte las normas en nuestras cárceles, contarles que seguimos trabajando sin normativa estatal alguna que nos reconozca y facilite el ingreso a la cárcel es fútil, recordar que sigo siendo resistido por el ministerio de justicia es vanal, quejarme de los maltratos que he sufrido por parte del servicio penitenciario es superfluo, renegar de que ningún organismo oficial imprima la obra de mis alumnos es ingenuo. Tampoco creo que aporte mucho que me cansé de ver pibes tuberculosos, sarnosos, sordos por ingreso de cucarachas al canal auditivo, amputados por gangrena y demás yerbas de nuestra política correccional. Todo eso suena vacuo porque el sentido común dice que los chorros, que los negros, que “los otros” deben pudrirse en la cárcel. El sentido común ganó. Doy fe que los presos se pudren en la cárcel.

El sentido común no está afuera tuyo, el sentido común lo cons- truye tu sociedad y vos no estás al margen. Tu sociedad es racista. Mi sociedad es racista. Si no fuera así no tendría que contarte todo esto que te cuento. Si no viviésemos en una sociedad racista jamás estarías leyendo este libro.

Pensalo. Pensate.

Alberto Sarlo, mayo de 2019

 

 

A continuación el Dr. Alberto Sarlo relata en primera persona cómo nace y cómo realiza el extraordinario proyecto editorial: “Cuenteros, Verseros y Poetas”

Nacimos a fines de abril de 2010 y ya hemos publicado más de siete mil libros cartoneros que fueron donados a comedores de Quilmes, Florencio Varela y la Cárcel de Mujeres de Olmos (localidades de la Provincia de Buenos Aires en Argentina). La Editorial cuenta con una biblioteca de más de seiscientos libros, con más cuatro computadoras con sus respectivos monitores y una impresora de última generación. Lo importante es destacar que tanto la biblioteca como las computadoras y las impresoras SE ENCUENTRAN DENTRO DEL PABELLÓN DE MÁXIMA SEGURIDAD (insisto que a diferencia de todas las demas bibliotecas de cárceles del país, la nuestra no en el área de educación que siempre se encuentra a cientos de metros, con varios controles de guardiacárceles o sea inalcanzable), hecho que es esencial para el desarrollo del proyecto. También aclaro que mi pabellón es un pabellón de «POBLACIÓN». «Población» en la jerga carcelaria es la clase más baja de pabellones, donde mandan a los más peligrosos y marginales (a diferencia de los pabellones de primarios o de universitarios o de evangelistas, etc).

Mis clases de filosofía, literatura y boxeo no se desarrollan en el área de educación, sino que las doy dentro del pabellón, o sea dentro de las «casas» de los internos, logrando de esa manera que mi presencia y la presencia de los libros sea constante y cotidiana sin necesidad de obligar a pedir permisos y/o transacciones con algunos guardias con el fin de obtener el beneficio que los dejen salir del pabellón. Vuelvo a insistir con esta particularidad de nuestro proyecto porque es esencial destacar que es fundamental que la cultura la tengan al alcance de la mano, o sea dentro del pabellón, pabellón que al ser de «población» está abandonado al autogobierno, siendo que cuando entran funcionarios o requisa entran acompañados de guardia armada. Mi proyecto trata de romper este paradigma: el Estado debe estar dentro de los pabellones, no puede dejarlos librados al autogobierno de los internos. 

En noviembre 2017 salió a la calle el libro BORGES HABLA EL SILENCIO, en donde luego de leer la obra completa de Borges, los chicos seleccionaron algunos cuentos, experimentando con ellos, cambiando personajes y contextos para armar algo nuevo. En mayo 2018 sacamos NI UNA MENOS EN EL PABELLÓN 4, libro donde ficcionalizando historias para combatir el machismo imperante en el ambito carcelario y en la sociedad toda. El curso de Filosofía está en pleno desarrollo y en los últimos meses hemos estudiado Descartes, Kant, Hegel, Marx, Heidegger y actualmente estamos con Horckheimer y Adorno (queremos llegar este mes hasta Foucault).

Con escritores privados de la libertad también hemos publicado el año pasado el libro «La Filosofía no se mancha 2» que son cuentos de temáticas filosóficas (podrás leer también La filosofía no se mancha 1 que sacamos en el año 2012 y está en PDF junto al resto en nuestro blog «cuenterosyverseros.com.ar» y/o en nuestra página de facebook).

En 2014 presentamos en la Feria del Libro en Capital Federal nuestro último libro «Desde adentro» en donde los autores (internos del pabellón 4), narran en primera persona las vivencias de los presos de las cárceles en Argentina y en 2015 publicamos «Juguetes perdidos», que son cuentos testimoniales de los chicos narrando los padecimientos que sufrieron en los Instituos de menores. Insisto en que lo lean desde nuestra página web “cuenterosyverseros.com.ar” en donde podrán conocer nuestra Editorial y podrán conocer toda nuestra tarea, así como nuestros mejores cuentos y poesías (hay cientos de cuentos y poesías de distintos autores).

Dejo constancia que mi tarea es totalmente «ad honorem» y que nuestra Editorial no tiene fines de lucro y que no vendemos ninguno de nuestros libros, sino que los regalamos. También hemos gestado cuatro Concursos Nacionales Carcelarios, hecho inédito en el país y en donde participaron presos y miembros del Servicio Penitenciario de toda la República.

Este año ya está organizado el quinto concurso nacional carcelario donde entregamos premios por hasta $ 26 mil para los ganadores. Todos los costos de los premios, las computadoras, los libros, las impresoras, los guantes y bolsas de boxeo, etc, etc, corren por mi cuenta. Es indispensable destacar que ni el servicio ni el ministerio han gastado dinero (ni lo gastarán) en mi proyecto.

La idea final es integrar a presos y personal penitenciario bajo la égida de la cultura. Estos concursos se hacen todos los años y servirá para que las Unidades Penitenciarias que tengan presos y/o personal ganador de premios se vean forzados a crear como mínimo una biblioteca como la que pusimos en marcha en nuestro Pabellón. A largo plazo aspiramos que las distintas cárceles del país tengan una bliblioteca tan nutrida como la de nuestro pabellón y porque no, un montón de Cartoneras haciendo literatura. 

Como parte de las clases de literatura y filosofía también aprovecho para enseñarles boxeo ya que es un deporte que impone mucha disciplina y tiempo de entrenamiento lo cual aleja a los presos de las drogas y la molicie que son la puerta de entrada a la violencia extrema.

Como dije todas nuestras obras se regalan. No acepto ni donativos ni aportes económicos ya que de esa manera me siento más libre para que los chicos puedan publicar lo que quieran.

La Fundación Shakespeare Argentina felicita al Dr. Alberto Sarlo por la extraordinaria labor que realiza ayudando a los internos de la cárcel a expresarse y a vincularse con la literatura, especialmente con la obra de William Shakespeare.  

Felicitamos especialmente a los internos por el esfuerzo y la dedicación en escribir (e ilustrar) los cuentos inspirados en distintas obras del autor inglés que contiene el volumen «Shakespeare Subversivo».

 

Con el permiso y la autorización del Dr. Alberto Sarlo compartimos la publicación completa en formato PDF:

SHAKESPEARE SUBVERSIVO

 

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